Los factores que condicionan el comportamiento de un lider
El directivo que dirige un equipo, también dirige a cada una de las personas que forman parte del mismo; esto implica que el líder conoce la naturaleza y experiencia de sus empleados y su nivel de desempeño. El líder utiliza esta información para tomar decisiones respecto al rol y trabajo de los empleados y elegir el estilo de liderazgo más apropiado.
Factor tarea
La tarea se refiere al trabajo por hacer y a los resultados esperados. Está condicionada por dos variables que influyen en el estilo de liderazgo: el tiempo y el nivel de riesgo asociado con el fracaso.
El estilo de liderazgo puede verse influido por el entorno organizativo y el entorno del equipo. El entorno organizativo es la base de los valores del equipo. Por ejemplo, si una organización presta gran importancia a la cadena de mando no tiende a fomentar un estilo de liderazgo basado en la participación.
La propia situación del equipo puede ser una variable importante en la utilización de los estilos de liderazgo. Situaciones personales de los miembros de un equipo requieren una gestión específica por parte del directivo.
El liderazgo como función dentro de la organización
Conforme se consolida la teoría de las organizaciones, sobre todo en este siglo, ha cobrado fuerza el estudio del liderazgo como una función dentro de las organizaciones. Esta perspectiva no enfatiza las características ni el comportamiento del líder, sino las circunstancias sobre las cuales grupos de personas integran y organizan sus actividades hacia objetivos, y sobre la forma en la función del liderazgo es analizado en términos de una relación dinámica. Según esta perspectiva el líder es resultado de las necesidades de un grupo y operacionalmente, un grupo tiende a actuar o hablar a través de uno de sus miembros; cuando todos tratan de hacerlo simultáneamente el resultado podría ser confuso o ambiguo.
La necesidad de un líder es evidente y real, y esta aumenta conforme los objetivos del grupo son más complejos y amplios. Por ello, para organizarse y actuar como una unidad, los miembros de un grupo eligen a un líder. Este individuo es un instrumento del grupo para lograr sus objetivos y sus habilidades personales son valoradas en la medida que le son útiles al grupo.
El liderazgo en una organización es muy importante porque con él se tiene la capacidad de guiar y dirigir. También una empresa con un buen líder, puede tener una planeación correcta, un excelente control y puede hacer que la empresa fluya sin algún tipo de tardanza, cabe mencionar que un líder no es necesario para que una empresa funcione pero sí la hace más efectiva.
Estilos de liderazgo
Enfoques sustancialistas
Estos enfoques buscan identificar ciertos rasgos de personalidad profundamente arraigados en la persona, permanentes, muchos innatos o adquiridos con un trabajo de largos años. Estos enfoques, si bien pueden contener un carácter ejemplarizador o inspirador, no aportan demasiados elementos o estrategias para el cambio y desarrollo personal o gerencial al respecto.
Enfoques comportamentales
Estos enfoques se basan en el estudio del comportamiento de las personas y no tanto en el de los rasgos profundos de personalidad de las teorías sustancialistas. Los aportes más importantes en este sentido han sido los de:
- La teoría X e Y de Mc Gregor
La teoría X lleva a un desempeño autocrático del líder, y la Y a otro participativo. Pero al tratarse de un enfoque unidimensional que trabaja con una sola variable, del uso de la autoridad por parte de quien conduce, resulta poco explicativo de una realidad tan compleja como la del liderazgo.
- Los sistemas gerenciales de Likert
Formuló un modelo con grados intermedios entre X e Y. Para Likert la mejor forma de conducir un equipo corresponde al comportamiento participativo. Likert encontró que los equipos administrados bajo el sistema participativo eran los más eficaces y los que evidenciaban mejor motivación.
- El Grid Gerencial de Blake y Mouton
Este matrimonio de investigadores logró definir un modelo en base al entrecruzamiento de dos variables: la preocupación por las personas y la preocupación por la producción.
El principal aporte es el de mostrar que ambas variables se llaman mutuamente. Sería difícil imaginar buenos logros a largo plazo sin un personal comprometido y motivado.
Enfoques situacionales
- Fred Fielder
Es el primero que subrayó la idea de que no existe un único estilo mejor, el líder ha de desarrollar su capacidad prudencial para estudiar las circunstancias y luego actuar en consecuencia, sin atarse a preconceptos.
- Hersey y Blanchard
Los autores reconocen que las variables que intervienen en una situación son muchas. Para ellos la madurez de los empleados se determina por dos aspectos igualmente importantes: la competencia técnica (conocimientos) y el interés (motivación y seguridad respecto a la tarea).
El líder situacional es el que utiliza distintos estilos con las distintas personas o con la misma persona pero en distintos momentos. Para lograrlo ha de desarrollar dos habilidades fundamentales:
- Diagnóstico: poder ver qué sucede con su o sus colaboradores en una situación determinada.
- Flexibilidad: asumir un estilo de liderazgo acorde con la situación diagnosticada.
Enfoques personalistas
Para estos enfoques el liderazgo tiene algo de misterio. Algunos de los autores que más se han destacado en esta línea son Bennis y Covey.
Warren Bennis basa el enfoque del liderazgo en el carisma. Llegó a determinar que en todos los casos los líderes:
- Persiguen un sueño o propósito claro.
- Lo comunican en forma clara a los demás, logrando que los seguidores se identifiquen y comprometan con él.
- Son consistentes, persistentes y coherentes con ese sueño.
- Son conscientes de sus fortalezas, están conformes con ellas y saben aprovecharlas.
Para Covey es imposible tener éxitos públicos si primero no se han conquistado los espacios privados. Representa a la personalidad como un árbol, en el que la copa es lo público y las raíces lo privado, si el árbol no está suficientemente arraigado no habrá frutos ni hojas y se secará y caerá. El liderazgo es una de las victorias públicas que se hacen con los demás, pero que se cimienta en el trabajo interior del líder consigo mismo.
Enfoques prospectivos
Algunos de los elementos emergentes de estos enfoques son:
- Charles Handy, en el siglo XXI:
Destaca que el líder ha de representar la autonomía de los órganos inferiores en la jerarquía organizacional.
El liderazgo se comparte y rota.
En la cúspide se necesita de un sujeto de grandes cualidades personales.
Se valora el equilibrio del líder entre confianza en sí mismo y humildad, buena comunicación con otros pero capaz de estar solo, muy trabajador pero cuidadoso de la calidad de vida propia y ajena.
- Peter Senge, en el siglo XXI:
Profundiza la cuestión acerca de las organizaciones que extraen experiencia del pasado para volcarla en el futuro pero enfrentándose a un contexto cambiante. Para ello se requieren líderes dispuestos al diálogo permanente para alcanzar visiones compartidas que permitan alinear a los sujetos tras propósitos comunes.
- Edgar Schein, en el siglo XXI:
Los líderes del futuro necesitan desarrollar cuatro funciones básicas, orientadas a lo único permanente en las organizaciones:
1. La creación de la organización, para lo que se necesita un líder animador.
2. La construcción de la organización, para lo que se necesita un líder creador de cultura.
3. El mantenimiento de la organización, para lo que se necesita un líder sustentador de cultura.
4. El cambio de la organización, para lo que se necesita un líder agente de cambio.
Para desarrollar estas funciones, el líder debe tener las siguientes características personales:
- Percepción del mundo.
- Motivación a cambiar y aprender.
- Equilibrio y fortaleza emocional para manejar la ansiedad del cambio.
- Capacidad para analizar hipótesis culturales y ampliarlas.
- Valoración y disposición efectiva hacia la participación de los demás.
- Disposición para compartir el control de procesos con otros.
El liderazgo en todos los aspectos de la vida, es considerado un sinónimo de éxito pero no solo a nivel individual sino que de él se desprende la capacidad de inducir al éxito a su entorno.
Generalmente el liderazgo se confunde con el poder y la autoridad ejercida por los sujetos que dirigen grupos u organizaciones pero esto es errado ya que el liderazgo es una habilidad no una imposición, es una destreza que no necesita de imposición sino que motiva e incita a que los demás sujetos decidan voluntariamente adherirse a las pautas dadas por el líder.
Ser un líder no significa ser perfecto pero si conocer profundamente sus defectos y sus virtudes, lo cual le permite un dominio de sí mismo que a su vez lo enfoca en su entorno, influyéndolo positivamente para lograr y unificar su compromiso con las metas fijadas que tendrán como premisa el bienestar general. Es aquel que inspira una visión positiva y alentadora de futuro en otros y el que les da un sentido de dirección y propósito. Tiene una idea clara de a dónde ir, genera confianza en base a su integridad, conocimiento experto, empatía y habilidad negociadora.
Un buen líder debe tomar decisiones y ser capaz de plantear objetivos realistas y viables para ello ha de adquirir información y buena parte de ésta ha de ser fruto de la interacción y la confianza con sus compañeros, todo esto se ve facilitado por la buena comunicación que debe existir ya que un líder debe ser capaz de dar a conocer sus ideas y a su vez debe entender las ideas de los demás para poder guiarlos. Además, no es aquel que impone miedo sino que es el que se mueve entre sus compañeros manteniendo un contacto apacible, transmitiendo buen humor y la sensación de ser una persona abordable a la que pueden expresar abiertamente sus ideas.
Sin duda alguna, el liderazgo está presente en todas y cada una de las múltiples facetas que puede desarrollar un individuo y en cualquier ámbito ya sea social, comercial, político, militar o religioso. Además, cabe destacar que una de las habilidades determinantes en el éxito de muchos individuos está representada por el liderazgo, la cual es muy positiva tanto para las personas como para las organizaciones ya que la misma es fundamental para alcanzar las metas individuales u organizacionales.